Los viajes diarios

Los viajes que hago en ruta para llegar a mi destino diario que es; la cama a descansar, son enormes tirones de tiempo vago, la gente se amontona tratando de mantenerse en equilibrio mirandose unos a otros con esa peculiar forma de no importancia, mientras el jaloneo del camion hace de sus cuerpos monigotes del momento y de la vida minima que respiran por determinado tiempo que dure su viaje a tal vez al igual que yo: El calor de hogar, la comida caliente, la cama. Triste creo para quienes no tienen este destino y el silencio, la oscuridad son sus verdugos diarios. Yo por lo mas tengo las patas sucias de Kaleria (Perrita)que a su vez tiene la dicha de cada tarde jugar con una amiga que ha hecho por la cuadra en que vivimos, la amiga encambio tiene una vida muy diferente a ella, mientras Kaleria duerme dentro de casa y tiene comida diaria,una vestimenta para el frio, agua limpia a su disposicion cada que se le pone y de vez en cuando hasta se dicha de nuestro tiempo en juegos y hasta regaños momentaneos por alguna travesura. Su amiga si acaso come cada que se encuentra en alguna bolsa de basura algun tipo de alimento propicio y de agua ni se hable algun charco dejado atras de la lluvia, las inclemencias del tiempo le son tambien concidas ya que a cada dia que pasa y se siente mas claro el frio con la llegada inexorable del invierno ella a buscado refugio en un sillon abandonado por unos vecinos que seguramente pronto desapareceran de fuera de su casa dejando a la amiga de Kaleria sin un lugar concreto donde refugiarse en esas noches, probre perrilla, sin embargo la veo feliz con la amistad de Kaleria incluso yo me he echo amiga de ella cuando sabe que voy a salir de casa la veo corriendo con las fuerzas que tiene a encontrarme para despedirme y cuando regreso tarde y exausta de la civilizacion viene apacible a recibirme meneandome la cola, es sin duda un buen animal.Pero decia que asi me acontecen los viajes diarios a casa, donde tambien a necesidad de ignorar el tiempo de camino he optado por la lectura, cuando necesitan mis ojos un descando de tanto sangoloteo de buscar los reglones y letras, me doy el espacio para mirar por la ventana regularmente el atardecer y la metida del sol con sus colores tan significativos de esta mi ciudad Juarez.